Para contar la esencia de esta bodega, contábamos con un material privilegiado: el álbum de fotos familiar. La abuela en la primera tienda de vinos, fotos frente a la primera bodega, con el perro y el primer camión de reparto, con los sobrinos en el viñedo… una joya para contar de dónde viene esta bodega, cuál es su alma. Sólo hubo que crear una maquetación y diseño acordes con el estilo gráfico que hablamos creado para la marca. También elegimos unos acabados muy clásicos: impresión en blanco y negro sobre un papel con textura y algunos detalles en estampado dorado. El catálogo se ideó en de forma que en su interior albergara las fichas de cada uno de los vinos. Algo muy funcional a la hora de cambiar incluir nuevos vinos o añadas.
Ámbito: Pamplona, Navarra, nacional e internacional